La
llave de David: Adoración Continua
Escribe:
Rony Chavez
“Escribe al ángel de la
Iglesia en Filadelfia:
esto dice el Santo, el
verdadero, el que tiene la
llave de David, el que abre y
ninguno cierra y
cierra y ninguno abre”
Apocalipsis 3:7
Mucho
se ha escrito sobre el Apocalipsis y
mucho
sobre la llave de David. Yo sólo daré un
enfoque
o apreciación particular. Mi opinión
personal
es que Dios le entregó a David una
llave
de sabiduría que le abrió puertas enormes
de
autoridad espiritual.
David
fue rey de Israel por aproximadamente
40
años. En este largo reinado, ningún enemigo
por
numeroso o fuerte que fuera, pudo hacerle
frente.
David fue sentado en niveles muy altos
de
autoridad y poder terrenal. Creo que todo
esto
fue posible sólo porque él como vidente
(profeta
de Dios), aprendió a influenciar el
ámbito
espiritual, el cual posteriormente
afectaría
el mundo natural, las circunstancias
que
le rodeaban.
David
tenía un secreto revelado por Jehová el
cual
le garantizaba en sus batallas la
intervención
divina y por ende, la derrota de sus
adversarios.
Su
secreto movía a Dios; activaba el ejército
celestial
y destruía la fuerza contraria.
David
tenía una llave por gracia, el Padre Dios
le
había revelado que las batallas las gana Dios.
El
rey debía afectar el mundo espiritual y sus
enemigos
caerían. El rey David aprendió a
enternecer
a Dios y mover Su corazón a favor
de
Su pueblo. El rey tenía una llave; la llave de
David.
Esa llave o secreto davídico asentó el
trono
de Dios por años en Israel y lo envolvió
con Su gloria. Esa
llave abrió la puerta de la
victoria
y de la prosperidad. Atrajo hacia él
fama,
renombre y honor entre los pueblos. En
realidad,
el Señor le dio todo esto al activar la
llave;
“la llave de David”.
Cuando
el Espíritu de Dios impulsó a Juan a
escribir
la carta a la Iglesia de Filadelfia, presentó
al
Señor como el dueño de la llave de David.
Desde
luego que David sólo fue un receptor de la
revelación
divina, pero es Dios quien tiene la llave
en
Su mano santa. Es obvio que con esa llave se
abren
puertas que nadie puede cerrar. Esa puerta
son
bendiciones divinas, influencias sobre
ciudades
y naciones y el poder apostólico para
hacer
la tarea misionera en los confines de la tierra.
Dios
dijo a Filadelfia, a su Iglesia establecida en
esa
ciudad “Yo conozco tus obras; he aquí, he
puesto
delante de ti una puerta abierta, la cual
nadie
puede cerrar” (verso 8a).
La
Iglesia de Filadelfia recibió de manos del
Poseedor
de la llave de David; de Aquel que abre
y
ninguno cierra y cierra y ninguno abre, la
protección
y unción para las misiones en el
mundo.
Aunque ésta fue una Iglesia humilde y
sin
muchos recursos económicos, guardó la
Palabra
y el testimonio. Esa Iglesia Filadelfia,
guardó
la Palabra y la practicó, por ello Dios la
ungió.
Aleluya.
Cada
iglesia en las naciones puede recibir
incrementos
impresionantes en sus niveles de
autoridad
cuando Dios abra la puerta a través de
la
llave de David.
Esa
bendita llave es la “Alabanza de Alto Nivel”
o
la “adoración de Excelencia” al Gran Rey.
Como
profeta, David fue ministrado
profundamente por
el “Espíritu de Sabiduría” en
lo
concerniente a la adoración celestial, la cual
activaría
la mano de Dios a su favor y atraería Su
Presencia.
Dios
puso en su mano una llave, si aprendía a
usarla,
Jehová estaría siempre en su reinado y
edificaría
su reino.
David
fue diestro en usar la llave; de él aprendimos
los
principios más sencillos pero trascendentes de
la
exaltación de la Divinidad.
En
el tabernáculo de Moisés, se ofrecía cada tarde
y
cada mañana holocausto a Jehová. Estas
ofrendas
se conocían como el “Sacrificio
continuo”.
Era necesario a través de esta práctica
ceremonial
mantener el fuego y la ofrenda
constantemente.
Este sería un anuncio profético
de
la perpetuidad del sacrificio de Cristo y su
extraordinaria
eficacia.
David
bajo “el manto de la revelación profética”,
entendió
el simbolismo y recibió del Espíritu que
estos
sacrificios u holocausto continuo (de
animales)
dejarían de ser para dar paso a otro tipo
de
sacrificio continuo: el de la alabanza y la
adoración
al Dios Viviente.
David
descubrió que estableciendo una alabanza
continua,
adoración verdadera al Señor las 24
horas
del día, era como levar a la esfera del
cumplimiento
profético todo lo anunciado en las
ofrendas
y ceremonias de Moisés. Esa adoración
continua,
durante todo el día, atraería la Presencia
Divina
entre el pueblo de Israel.
David
estableció turnos sacerdotales para llenar
la
nación y el santuario de alabanza. Instituyó el
servicio
de músicos y cantores para ministrar
continuamente
ante el Arca del Señor.
Este
adorar de continuo entronizó a Jehová en el
Campamento
de Israel. Dios quiso estar allí, David
y
su pueblo le ganaron el corazón. Jehová gozaba
de estar allí ante
un pueblo contrito y humillado.
La
adoración fue la llave de David. Su meta era
el
Arca del Pacto, sólo anhelaba a Dios en Israel.
Aleluya.
El
Tabernáculo de David, lamentablemente ha
terminado
siendo interpretado como un simple
modelo
de alabanza, un manual de música y canto.
No
y mil veces no; David nunca quiso establecer
un
molde rígido de alabanza o una única forma
de
darle canción y música a Dios.
No,
la meta de David no eran formas de alabanza
o
estilo de música o tipo de instrumentos. Su meta
era
más elevada, era elevadísima. Su meta era Dios
mismo.
David
sólo escudriñó la Escritura, sólo buscó
sabiduría
en el secreto del Señor para acercar a
Dios
y perpetuar Su Presencia en Israel.
Bajo
esa búsqueda ferviente de Él y bajo ese
anhelar
continuo de Su Presencia, el rey se
encontró
con la llave que desató sobre él la más
elevada
autoridad delegada.
Esa
llave, la adoración en espíritu y verdad, lo
llevó
a proclamar que hay un sin fin de formas a
través
de las cuales yo puedo glorificar al Padre.
Su
intención era practicarlas todas con tal de que
Jehová
viniera a Sión. Aleluya.
David
nos dio el mensaje: lo más importante de
todo
es tener a Dios con uno; hagan todo lo que
deban
hacer para atraer Su Presencia y cuando la
tengan,
no lo dejen irse, denle alabanza continua
cada
hora del día. Túrnense, organícense y tome
cada
uno su instrumento y el corazón en la mano
y
mantengan con su alabanza y ofrendas de
adoración,
el fuego encendido en el altar. Esa es
mi
llave, nos enseñó David. Si quieren victoria
continua,
renombre, bendición, prosperidad y
unción,
úsenla de inmediato.
Esa
es la llave; actívenla. Reconozcan su grandeza
entre
los pueblos. Amén.
Derchos
reservados: Rony Chavez
www.ronychavez.org
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reproducción, mencionando al autor
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