La Adoración Profética

Pastor : Joshua Sandigo

Introducción

Jesús hablo que en las profundidades del ser existen pozos que deben ser

destapados para que así fluya un río de agua que exalte su nombre. Al

comparar la adoración a un río, la Palabra muestra que existen diferentes

niveles de fluir en adoración. Los ríos de agua viva fluyen desde el

interior cuando uno permite que el Espíritu de Dios tenga libertad. Según

la cantidad de libertad que se le otorgue al Espíritu, así también será el

nivel de fluir del río de Dios en la vida de uno. Cuando uno sede al

Espíritu, entonces uno abre la dimensión a que fluya la adoración profética. La adoración profética es importante aprender a desarrollarla, ya que ella abre dimensiones a esferas espirituales que permite que la Iglesia avance

con mayor impacto e influencia en la región otorgada por Dios.

¿Qué es la Adoración Profética?

La adoración es como un puente que conecta al individuo adorando a la dimensión espiritual. Por medio de la adoración, igual que a David, uno accesa la presencia de Dios y establece su trono en la tierra. Bajo la

dirección del Espíritu, uno se vuelve conciente de la dinámica que la presencia de Dios puede tomar en algún momento.

Dios es uno de variedades y siempre autentico y original. La Palabra habla que Dios obra en maneras misteriosas, por lo cual, uno debe estar atento a que es lo nuevo que Dios esta haciendo en ese preciso momento (Isaías 42.9; 43.18). Cuando la presencia de Dios se hace manifiesta, el siempre hablará y hará algo. La adoración profética es estar atento a lo que Dios esta haciendo, y fluir bajo ese mismo sentir.

Ejecutando Juicios con el Canto

El libro de Apocalipsis habla que del trono de Dios fluye un río

(Apocalipsis 22.1). Ese río es el mover y fluir del Espíritu y dicha

unción en la que se expresa en dicho momento. Fluir habla de unción,

acción tomada, o canalización de autoridad. Es decir, el río que sale del

trono de Dios correrá en sus corrientes según en la manera en que Dios

se este manifestando en un momento dado. Para que uno pueda ser

impactado y influenciado por ese fluir de Dios, es necesario hacer morir la

agenda y programa humano para ceder al mover del Espíritu.

El Profeta Ezequiel vio un río que tomaba mayor fuerzas a medida que el

agua iba aumentando. Ezequiel vio el río en diferentes niveles; 1) a los

tobillos, 2) las rodillas, 3) los lomos, y finalmente, 4) los hombros. A

Ezequiel se le dijo que todo lo que entraré en el río iba a vivir y recibir

sanidad (Ezequiel 47). Por último, el río traía fructificación a los

árboles. Una iglesia profética hace que los que se cobijan bajo su sombra

sean fructíferos. Por eso es que el que medita en la Palabra de día y de

noche será colocado junto a ríos que traigan prosperidad (Salmo 1.3).

Cuando una persona accede a la voz del espíritu y fluye en el mover que

el Espíritu revela, es entonces que se comienza abrir la dimensión

profética. A medida que más personas se unen a la atmósfera, el río

entonces comienza a crecer hasta que el mover carnal muere, y es

completamente fluir guiado por el Espíritu. Cuando el río de Dios cubre

hasta arriba, solamente la cabeza (que es Cristo) se puede ver. El Espíritu

siempre dará testimonio de Cristo (Juan 16.13, 14); lo hace por medio

de la adoración y profecía (Apocalipsis 19.10). Cuando se activa la

adoración profética, el Espíritu exalta al Hijo.

¿Dónde Habla la Biblia de la Adoración Profetica?

El libro de Apocalipsis muestra como los ancianos y los seres vivientes tienen

arpas en una mano y oraciones en la otra. La Palabra muestra claramente que la

música y la oración están directamente ligadas. El “arpa” habla de la música de

Dios y la canción de Dios en adoración. Habla de adorarle a Dios con

instrumentos musicales. La “copa” habla de las oraciones de Dios. Habla de las

oracion intercesora de la iglesia. Cuando Dios se le ministra en la manera

que a el le agrada, , la música y la intercesión fluyen juntas en lo que es

ADORACION PROFETICA.

Por esta razón, David colocó a los cantantes y músicos a que profetizasen a sus

ordenes (1 Crónicas 25.1-3). David le enseñó a sus músicos y cantantes que

aprendiesen a profetizar para mantener un ambiente de adoración profética. Para

acudir al Espíritu, es necesario tener las “antenas espirituales,” bien levantadas y

recibir lo que Dios dice.

¿Qué Sucede Durante la Adoración Profetica?

• Profecía: El Espíritu de Dios comienza hablar palabras de vida al espíritu de

uno. Cuando la palabra es declarada, se evidencia lo que se esta moviendo

en el mundo espiritual de ese momento. Puede ser consolación,

fortalecimiento, respuestas, impartición, o aun guerra entre dioses. El

objetivo es hacer conocer lo nuevo que Dios quiere hacer en ese tiempo

presente.

• Intercesión: Dios comienza a revelar necesidades del pueblo para que se

levante oración e intercesión por ello. También decretos que establezcan

juicios espirituales contra males que quieran aterrorizar y amenazar a

miembros del cuerpo se hacen en medio de este tiempo.

• Guerra Espiritual: por lo regular, el Espíritu comienza a pedir que la música

suene más fuerte con sonidos de guerra. La batería toma un ritmo que marca

paso, la melodía fluye en notas menores, y el pueblo es dirigido a guerrear.

El Espíritu revela cuales son los espíritus malignos que están operando contra

los individuos, familias, asamblea, ciudad, o aún región y mundo entero

(Zacarías 5.6-7). Es en ese momento que la Iglesia es llevada a otra

dimensión para declarar palabras despojen al hombre fuerte.

• Comunión Intima: por medio de la adoración profética, Dios trae libertad

de ataduras que lo quieren esclavizar a uno (2 Corintios 3.17). Dios libera

de temores, soledad, pactos ancestrales, y traumas que el enemigo usa para

aprisionar a los hijos de Dios. En este momento se habla en lenguas, y se

tienen momentos de silencio para escuchar lo que Dios quiera decir.

Conclusión

Por medio de la adoración profética, Dios permite que su pueblo oiga su voz,

conozca sus obras y camino, y sea fructífero. De esa manera, se establece el

trono de Dios para ejercer dominio y autoridad en una región.